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dilluns, 21 de novembre del 2011

MASTICAR REDUCE LOS EFECTOS DEL ESTRÉS


            ¿Cuántas veces hemos estado estresados, ansiosos, y nos hemos puesto a mordisquear un lápiz, un bolígrafo o un chicle? Un acto reflejo que parecía que nos reducía un poco la ansiedad. ¿Pero, era real esa sensación? Pues parece que sí. Diversos estudios han demostrado (hay neurocientíficos para  todo) que hay una base científica para esta percepción.
El estrés   genera en nuestro organismo una serie de reacciones que nos ayudan a superar la situación adversa que lo ha generado. Imaginad, es un decir, que sois un ratón que se ha encontrado con un gato. El ver u oler al felino provoca de inmediato un conjunto de reacciones que conducen a aumentar su ritmo cardíaco para poder correr más rápido, a disminuir la circulación cerca de la piel para evitar hemorragias, a hacer que sus reflejos sean más rápidos o a que transitoriamente su sensación de dolor sea menor si padece una herida. Como podeis suponer, todos estos cambios son orquestados por nuestro cerebro, que nos hace darnos cuenta de la situación estresante. Esta reacción cerebral va a activar dos sistemas muy importantes, que están mediados por dos hormonas: el cortisol y la adrenalina. El cerebro hace que el órgano donde se producen estas hormonas, la médula adrenal o suprarrenal (porque se encuentra sobre los riñones), descargue una gran cantidad de ellas a la circulación sanguínea. Estas hormonas tienen efecto en muchos de nuestros órganos, como los músculos que cuentan con más energía, el corazón que late más rápido, y por supuesto nuestro cerebro. El estrés provoca cambios en el funcionamiento y la estructura de las neuronas. Estos cambios son adaptativos a corto plazo y nos ayudan a dar respuesta a la situación estresante, modificando nuestro comportamiento. En el caso del ratón, muy probablemente su cerebrito decidirá que más le vale irse corriendo que seguir disfrutando tranquilamente del trocito de queso. La vida, especialmente la de los ratoncitos, es dura.
Nuestro cerebro hace que la médula adrenal secrete cortisol a través de una hormona que liberan las neuronas de una región llamada hipotálamo. Esta hormona se denomina factor de liberación de la corticotropina (CRF para los amigos). Pues bien, estudios de un grupo de investigación japonés 1 demostraron que dejando que las ratas mordisquearan un trozo de madera (hacerlo con chicle sería complicado para ellas) durante un periodo de estrés, hacía que se suprimiera la liberación de CRF y, por tanto se disminuyera la respuesta hormonal al estrés. Más aún, esta misma semana en el congreso americano de Neurociencia un estudio mostraba como mordisquear durante  el estrés también influía en la secreción neuronal de unas moléculas denominadas neurotrofinas, que son responsables de  modificar el funcionamiento i las conexiones de las neuronas. Por tanto, parece que eso de mordisquear el lápiz podría no ser una idea tan extraña para no sentirnos tan estresados. Yo, ahora que le he visto un poco de base científica al asunto, voy a ponerme el bolígrafo en la boca y a intentar aligerar el impacto de las elecciones en mi cerebro. Aunque no creo que el remedio sea bastante potente...
1: Biting suppresses stress-induced expression of corticotropin-releasing factor (CRF) in the rat hypothalamus. Hori N, Yuyama N, Tamura K. J Dent Res. 2004 Feb;83(2):124-8.

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